Que conste todos los años he estado en contra de la fecha.. no tiene nada que ver con mi situación actual.
Simplemente la fecha me parece una oda a la hipocresía, que quizá sí tenga algún fundamento. Sin embargo, como en todas estas fechas, hay una distorsión cuidadosamente planeada para desviar el objetivo inicial de la celebración en un derroche de regalitos inútiles y estorbosos (los más decentes engordan!) que -por cierto- alimentan un ciclo de movimiento de mercancía que extraoficialmente he observado:
Por mientras mañana es el día del comunicólogo y del mercadólogo y va a ponerse buena la competencia para ver quién recibe y puede cargar más de los regalitos inútiles que se dan en la fecha. Personalmente yo me considero utilitarianista y por ello sólo me abalanzo sobre los chocolates (yeei, los ferrero rocher edición especial con chocolate amargo).
Que nos sea leve de todas formas, puedo odiar todo este tipo de fechitas mercadológicas!
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