Es vieerneesss!!
y por este medio le extiendo un cordial saludo a mis amigos zombies corporativos, a los que les he perdido la pista..


Y es que, espero equivocarme, pero hasta donde he visto, la rutina de aquellos empleados de los grandes corporativos no me parece nada nada apetitosa, por muy bien que les paguen. O simplemente no tengo ni el perfil, ni las aspiraciones para pertenecer a ello.

No cuadro con la idea que me acarrea la combinación de:

  • Levantarme tempranísimo para enfundarme en el estandarizado uniforme corporativo
  • Aventarme una hora de camino (mínima) para llegar al trabajo
  • Estar encerrada todo el día dentro de un cubículo, sin ventanas al mundo exterior
  • Alimentarme de recalentados, o disponer de un presupuesto diario mínimo de $50 para adquirir comida más fresca.
  • Aventarme oootra hora (mínima) de regreso
Prefiero ser cabeza de ratón que cola de león. Además tengo otro concepto de calidad de vida sin estar hoy en día estresada por que la trasnacional que me alimenta se pueda ir a la quiebra.

Hoy precisamente hablábamos de ello mi jefe y yo: con ésto de la crisis, las empresas que importan materias primas o productos ya tienen un sobreprecio del 50% sólamente por el valor del dolar estadounidense. Es el momento adecuado de empujar la industria nacional. Por ello, después de una pequeña recesión en la empresa, comienzan a llegar proyectos interesantes que prometen agregarle más sazón a mi dinámica de trabajo (y a mi economía).

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