Son casi las tres de la mañana y ando con la pila a tope chambeando desde casa... y pues, escribo este post en lo que mi compu renderea.

Si por mí fuera, así me llevaría la existencia... fuera de un cubículo, en este cuartucho que habilité como estudio en meu cantón. Ah, los muebles son diseño mío. Son la tercera variante de la Serie Quadra... 

están chidos, no? 
(modestia aparte)


Nada que ver con un cubiculito estandarizado en el que no trabajo.

Pero mi oficina tampoco es así.. acá tengo mi diván para esos 15 minutos regeneradores y dignos de una fase creativa, mi bibliografía y demás menesteres que no puedo tener en la oficina regular.. 

Y en ésta época de crisis y de doble trabajo, después de llegar a pensar genuinamente que no iba a poder librar mis dos entregas del miércoles, creo que prefiero el ritmo freelance, a pesar de que no estoy económicamente lista para el riesgo que ello implica. Además, por ser tiempo de vacas flacas tengo que aferrarme a la monótona seguridad de la vida nominal, a pesar de que ahorita estoy pasando por una fase en la que ni me concentro como debo en mi trabajo y las cosas me traen más presionada de lo normal.

Me llama más la atención chambear desde casita, descalza como es regla en mi depa, recargando batería con una taza de té chai con leche y un toque de miel (porque me dió flojera pensar en lavar mi cafetera para espresso), musiquita sin audífonos y sin el constante sonar del maldito teléfono... además así pudiera considerar adoptar un perrito!!

No es que no esté agusto en mi chamba nominal, pero tengo mis fases emprendedoras en donde el simple hecho de llevar un horario me molesta. Creo que estoy pasando por una fase parecida. A veces siento que tengo suficiente chamba freelance para botar mi chamba tiempo completo.. pero no puedo andar por la vida con esas impulsividades. En mi chamba nominal estoy aprendiendo mucho, sin embargo sí me siento ligeramente estancada en esta fase post pandemia donde los proyetos que llevábamos se pararon y si eso lo sazonamos con la crisis que lleva fermentándose desde hace ya un rato, peor... pudiera preocuparme, pero en cambio hago mi parte, no milagros. 

La vida freelance me recuerda a la universidad, con sus buenos y malos ratos y con toda la carne en el asador para que me acepten el (los) proyecto (s)..
 
La vida nominal me recuerda a esas cosas que tienes que hacer por mero trámite, como esas clases universitarias de relleno..

Pero mientras tendré que seguir con mi fase de doble trabajo, nadamás bajaré mi ritmo productivo en mi chamba freelance para poder dar el ancho en ambas partes. Chamba es chamba! Y me encanta la mancuerna que he hecho con mi actual socio, quien se rifa durísimo y a quien admiro un montón.. 

Todavía me queda otra noche más de desvelo absoluto.. no me permití darme el lujo de dejar de entrenar porque sino se me iba a empezar hacer costumbre volarme los entrenamientos para seguir chambeando. Además me hizo bien.. aunque actualmente me duele toda mi existencia, pero es ese dolorcito post-ejercicio rico y altamente didáctico (por aquella de que te duelen músculos que ni sabes que tienes)...

Sí, así es la vida del diseñador: sin pies, ni cabeza, ni orden cronológico..
y eso me encanta!

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