Hoy tuve medio domingo familiar. Y fue medio domingo porque la otra mitad de mi domingo estuve limpiando el depa con algunos cuates que acabaron acampando ayer en meu cantón después de una monumental peda sin razón de ser...

No, no era mi cumpleaños. Para mi cumpleaños (en agosto) romperé una piñata.

Esta vez arranqué el día con un asuntillo laboral freelance y después estuve de fiesta continua hasta hoy a las ¿7?

Entonces, prácticamente mi medio domingo familiar fue ir a comer con mis padres y una salidita al teatro. En ambos casos nos topamos con ejemplares peculiares a los que cariñosamente terminamos otorgándoles el cariñoso apodo/término genérico de 'sopitas'.

O nadie se ha topado con esas personas con complejo de megáfono que pretenden que todo el mundo escuche su intervención en la conversación, sobretodo cuando no tienen NADA INTELIGENTE QUE DECIR?

En el restaurante había una señora en la mesa de al lado que nos puso al corriente de su percepción del menú, su selección y aspectos irrelevantes sobre.... ni me acuerdo! Era ese tipo de voz a la que quieres bajarle el pitch y el volumen. Y cuando finalmente llegaron sus alimentos y se puso a comer, el silencio imperó de manera relativa en el lugar... como el siguiente anuncio conocido:



aaaah! Y conocer el vocabulario no siempre garantiza hacer un uso inteligente del mismo. El panorama emperoró cuando nos topamos en el teatro a otra 'sopitas' gachupina. Bueno, la ñora se sentía que derrochaba cultura como si fuera a escribir la crítica en el periódico sobre la obra.
Joderrr, que el veztuario ez demaziado zenzillo...
y ademáz la película eztá mucho mejor que la obra...
Al respecto, hay que aclararle a nuestra culta gachupina abuela, que la película es una adaptación de la obra, y que, al ser película, no está atada a las limitaciones del escenario y por eso puede que la película impacte más... puede que.

Por eso, dicen sabiamente que calladito se ve uno más bonito. 

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