Y todavía no tengo una idea clara de qué hacer.


Estoy en un estado de total incertidumbre. Si bien, tengo que dar prioridad a lo que puedan ofrecerme en donde sigo trabajando... o renunciar en unas horas con todo el cuidado del mundo para que las cosas queden bien. En este preciso momento no sé en dónde estaré trabajando para el final de esta semana. Así.

Y lo odio y no lo odio. La proximidad de un cambio me causa estragos que se traducen en insomnio. Confieso que estoy nerviosa.

Estoy por cumplir un mes de austeridad en el que hasta cierto punto, he pagado por trabajar. El apoyo de mis padres y el de Janito me han ayudado a llevarla 'tablas' durante este ínter. Pero el precio ha sido espaciar entrenamientos, dejar de mezcalear con los cuates, prolongar una cerveza toda la noche, menos cine y ni hablar remotamente de mis planes de viaje para desintoxicarme de la ciudad.

Estoy acostumbrada a hacer o no hacer algo por decisión, no por presupuesto. Ahora que mi presupuesto está ahorcadísimo, tengo el tiempo para echar a andar proyectos que no puedo financiar... o tomar cursos que no puedo pagar.

Es una causa perdida.

Estén pendientes, mañana estaré contándoles en qué concluyó mi dilema. Me queda claro que renuncio a ciertas oportunidades, pero también se me abren otras.

Y... odio tomar decisiones bajo presión!

quesque | edit post
0 Responses

Publicar un comentario

es necesario que opines: