Así, ayer finalmente tuve el tino y la habilidad de ponchar oootra llanta de mi mostro comegasolina. Y fué de pérdida total: coloque llanta de refacción y luego vaya a comprar una llanta nueva.

Será que realmente no tengo remedio o con éste explosivo y cómico final cierro ese ciclo maldito de ponchaduras que me aquejaban tanto a mí como a mi hermoso mostrito?

Desde la última ponchadura (hace 15 días), mi mecánico me comentó que sería buena idea ir planeando cambiar mis dos llantas traseras porque ya traían algo de desgaste y varios parches de ponchaduras previas. Pero quizá pude haber usado mis llantas otros dos, tres meses. Pero mi tino y mi propensión a situaciones bizarras acabaron distrayéndome lo suficiente para centrar un pedazo de placa de metal encajado en el suelo que acabó haciendo una rajadura liiinda en la cara vista de mi llanta (la cara de rodaje es la que se puede resanar, la cara vista no).

quesque | edit post
0 Responses

Publicar un comentario

es necesario que opines: